A veces, la Madre Naturaleza produce una exhibición de color tan vibrante y tan variada que parece casi imposible que pudiera haber ocurrido de forma natural. Sin embargo, cuando sus ojos caen sobre la belleza de las Montañas del Arco Iris de Perú (conocidas localmente como Vinicunca) y el Valle Rojo, literalmente está mirando millones de años de historia geológica y una maravilla natural que casi no se ve en ningún otro lugar de la Tierra.